¿Cómo funciona el sistema nervioso?
El sistema nervioso es la parte de nuestro cuerpo que nos ayuda no solo a percibir, comprender y responder al mundo que nos rodea, sino también a enviar, recibir e interpretar información de todas las partes de nuestro cuerpo. De hecho, el sistema nervioso monitorea y coordina las acciones voluntarias como caminar, que conscientemente dedicimos hacer, y las acciones involuntarias, como la respiración y la digestión, que ocurren sin nuestra decisión específica.
Las células nerviosas, llamadas neuronas, son las células que constituyen el tejido nervioso del que está hecho el sistema nervioso. Funcionan mediante una mezcla de acción química y eléctrica, lo que permite la transmisión de señales en nuestro cuerpo.
Componentes simples para un ensamblaje complejo.
El sistema nervioso periférico está formado por millones de nervios, llamados nervios periféricos, unidos entre sí, a los músculos o a los receptores de todo el cuerpo.
Puedes pensarlo como una serie de cables eléctricos o líneas telefónicas que conectan tu cerebro con tu cuerpo, lo que les permite comunicarse.
La fibra nerviosa es como un cable que transmite impulsos a través del cuerpo.
Estas fibras están cubiertas por una sustancia llamada mielina. La mielina protege la fibra nerviosa y ayuda a que los mensajes pasen rápidamente por las neuronas.
Los nervios siempre están trabajando y tienen diferentes deberes, por ejemplo, cuando tocas un plato caliente, algunos nervios envían la información de tus dedos al cerebro (sistema nervioso central) para percibir la sensación de calor. Cuando tu cerebro recibe esa información, elabora la orden de retirar el dedo. Otros nervios llevan ese mensaje al músculo de tu mano. ¿El resultado? ¡No te quemas!
Los deberes no son la única manera de clasificar a los nervios, su función específica también es muy importante. Cada grupo de nervios "sabe" exactamente que hacer:
Los nervios motores coordinan el movimiento voluntario del cuerpo estimulando tus músculos.
Los nervios sensoriales reaccionan a los factores externos y te permiten sentir sensaciones como calor, frío y dolor.
Los nervios autónomos regulan funciones involuntarias como latidos cardíacos, sudoración y digestión, e influyen en la actividad de los órganos internos.